sábado, 12 de junio de 2010

Metamorfosis


Bajo el claroscuro de verano te vi nacer, mientras creías ser tan sólo una criatura absurda, quizás desdichada por las circunstancias de la vida. Nada fue como pensaste, el mundo dio un giro y toda aquella pequeñez y fragilidad característica del capullo, de pronto sacó sus alas de colores para ya no ser tan sólo una más entre la gente al caminar. Los pensamientos infectados de ira fueron parte del olvido la mayoría del tiempo que volaste por ahí, compartiste tu experiencia de maltrecho caminar y te sentiste sobreviviente del crudo invierno de tu vida. Pasaba el tiempo y ya nada era como antes, cada día una luz nacía para indicarte el sentido del tiempo y del camino, tuviste que elegir, dudaste, hubo tropezones sin embargo hoy sigues por ahí... quizás esperando en evolucionar a algo más o precisamente esperando ese algo de vida que no esperas realmente, que es, que se da, que nunca imaginas, que simplemente aparece sin preguntar. Dispuesta siempre a seguir avanzando pues sabes que del ayer al ahora hay mil kilómetros que contar. Puede que las alas desaparezcan o muten para ser algo aún más brillante y espectacular, lo bueno es que no te importa eso hoy pues el ahora es lo que vale, darse cuenta y vivirlo como nunca, porque es único, irrepetible y simplemente maravilloso.

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