miércoles, 5 de marzo de 2008

El despertar


Me desplomé sobre la almohada y descubrí que ya nada sería igual... Eran tan puros, tan nuevos los sentimientos que llegaban hacia mi que me era imposible separarlos y empezar a ordenar tanta idea extraña en mi cabeza.

Yo no se como cambiamos tanto... quizás las conversaciones nos trajeron algo mas que simples interacciones entre tu vida y la mia, quizás el tiempo hizo lo suyo y nosotros lo acompañamos con nuestra simple incondicionalidad.

Entonces agarré mi cabello, lo torcí mientras, a la vez, intentaba despejar mi mente para proseguir con la vida que había llevado hasta entonces. Pero no... tu seguías ahi, como una foto que era imposible de quitar de mi cabeza. Me cuestioné el por qué de tanta inseguridad... la respuesta no la hallé clara pues entre los miedos a repetir tristes historias, a dañarte, a dañarme, a equivocarme una vez mas no me permitieron pensar con claridad.

Probablemente no necesite pensar tanto, probablemente he pensado demasiado en mi vida y por eso he terminado sufriendo tanto siempre. Quizás lo único sensato que me quede por hacer sea simplemente sentir y disfrutar de esto que viene y va, que me hace temblar a ratos cuando en mi mente te vuelvo a encontrar.