Pena me da que las cosas no puedan mantenerse por tanto tiempo bien, pena me da el hecho de que cada vez que parece desaparecer un obstáculo del camino llegue otro, quizás peor.
Deseo siempre estar aquí, retornar a casa para sentir aquel calor y aroma a hogar, a recordar esos atisbos de niñez que aún hay impregnados entre paredes, cajas, habitaciones... miles de recuerdos. Sin embargo me he dado cuenta que tantas veces me hace tan mal volver pues no sólo vienen a mí todas aquellas nostalgias sino que también vuelve ese sentir que siempre seré la otra, la alejada, la que no debe opinar pues sigo y seguiré por siempre siendo la niña sentimental que ve las cosas de manera diferente que en ciertas ocasiones nadie logra entender. Intento luchar por notarme y por hacer notar las cosas buenas y malas que hay acá pero vuelvo a sentirme como un fantasma, como una muñeca que está ahí tan sólo para adornar.