No es que la mano y la mente se aburran de escribir,
sucede que, simplemente,
a veces el alma se avergüenza de lo que tiene que decir.
A veces se hacen tan insistentes ciertas frases
que me hago la sorda para intentar no oír,
las bloqueo, las destruyo o simplemente
dejo que se pierdan en su propio matíz,
acorraladas, sin rumbo alguno,
quizás ahogadas
y así, las dejo morir.
Suena cruel...
he asesinado palabras,
frases enteras,
ideas muy vagas....
sucede que, simplemente,
a veces el alma se avergüenza de lo que tiene que decir.
A veces se hacen tan insistentes ciertas frases
que me hago la sorda para intentar no oír,
las bloqueo, las destruyo o simplemente
dejo que se pierdan en su propio matíz,
acorraladas, sin rumbo alguno,
quizás ahogadas
y así, las dejo morir.
Suena cruel...
he asesinado palabras,
frases enteras,
ideas muy vagas....