miércoles, 27 de noviembre de 2013

La del espejo

Después de todo este tiempo en que hemos estado tan juntas pero separadas a la vez, puedo entender cómo siempre hemos sido una sola. Nos traslapamos haciendo creer al mundo y, en algún momento también a nosotras mismas, que somos dos personas increíblemente distintas, no obstante hoy logro visualizar cuán inseparables hemos sido siempre.

Como cargas opuestas, nos necesitamos para dar cuenta la una de la otra, no nos explicamos por sí solas, de manera aislada, somos toda una historia enmarañada que nadie más podrá comprender. 

Somos aquello que ves en la calle, aquello que besas por las noches, aquello que sueles no comprender del todo, aquello que te provoca atracción, dudas y placer. Somos todo... ese todo que a ratos parece tan inconsistente  pero que azota con fuerza a la vez.

Hoy somos más que nunca, hoy nos reconocemos como existentes, necesarias y conscientes de todo lo que nos sucede. Una dualidad que se remece, permanece y crece. 

No hay comentarios: