lunes, 1 de diciembre de 2008

Actualización


Al parecer el cielo gris jamás desapareció como yo así lo pensaba. Fueron tantos espejismos en mi mente que ya es difícil distinguir entre la realidad y lo ficticio de la vida.

Sin querer remuevo recuerdos que
habían sido enterrados al creer que la tormenta había cesado del todo, pero no esperaba necesitar aquella vieja y raída coraza nuevamente para hacer frente al mundo que no está precisamente allá afuera como dije durante años, sino que el mundo esta aquí, ahora, conmigo... siempre, aunque a veces lo siga negando.

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